El atacante, actualmente en Andorra, conversó con LaRoja.cl sobre el camino del plantel hacia la obtención del bronce en el Mundial Sub 20.
Nicolás Medina debutó en el profesionalismo en Universidad de Chile en 2006. Al año siguiente, bajo la dirección de José Sulantay, integró la nómina que viajó al Sudamericano Sub 20 de Paraguay. En el torneo, el atacante convirtió cuatro tantos y fue pieza fundamental para la obtención de los pasajes al Mundial de la categoría en Canadá.
Con la vista puesta en la cita planetaria, el grupo de jugadores tuvo una exigente preparación, la que fue arrojando buenos resultados en los amistosos previos. Esto, generó “confianza”, según el jugador: “Queríamos hacer historia. Era una convicción que teníamos dentro del plantel. Además, fue algo que trabajamos junto con el profesor Sulantay”.
El trabajo quedó en evidencia con el triunfo inaugural de La Roja por 3-0 frente al anfitrión Canadá, un debut que el atacante recuerda con detalles.
“En el camino desde el hotel al estadio vimos a muchos hinchas chilenos. Como jugábamos ante el local, generaron un ambiente preciso en el estadio”, recuerda el delantero del FC Santa Coloma, de la liga de Andorra.
En aquel duelo, Medina anotó el primer tanto: “Marcar ese gol fue una alegría inmensa. Al equipo le dio tranquilidad después de unos primeros minutos muy tensos. Poder disputar un partido con tu Selección, ganarlo, anotar un gol y que haya tanta hinchada fue algo muy motivante”.
Tras el triunfo por 3-0 ante Congo y la igualdad sin goles frente a Austria, Chile avanzó a la siguiente etapa del Mundial. Con el paso del equipo a la ronda de los mejores, también crecieron las esperanzas.
“Así como aumentó la presión, creció la confianza. Demostramos jerarquía al saber manejar esto, gracias a que el cuerpo técnico hizo un muy buen trabajo”, agregó Medina.
“Fue un tremendo orgullo”
La derrota en semifinales frente a Argentina, llevó a La Roja a disputar el bronce frente a Austria. El triunfo ante los europeos por 1-0 consagró a los nacionales en el tercer lugar.
“Nos quedó un sabor amargo y un poco de tristeza. Pensábamos que podíamos llegar a la final. Pero con los años, te das cuenta de que fue importante. Haber logrado este hito, poder recordarlo y tener esa medalla es único. Algo inolvidable”, agrega.
El atacante, que cerró su participación en Canadá con dos goles, señala este torneo como uno de los puntos más altos en su recorrido profesional. “Fue un tremendo orgullo, lo máximo como jugador de fútbol. Haber disputado un Mundial con la selección y representarla durante un año y medio ha sido lo más lindo de mi carrera. Las camisetas son un tesoro”.
